Instalan temporizadores en baños de empleados

La empresa de tecnología Kuaishou con sede en Beijing generó polémica en las redes sociales chinas, luego de que varios videos que muestran temporizadores digitales sobre los baños de los empleados se volvieran virales.

Las imágenes mostraban temporizadores digitales colgando sobre cada cubículo, y pequeños sensores instalados en las puertas del cubículo para activar los temporizadores. Los usuarios de las redes sociales chinas criticaron a la compañía por monitorear y medir el tiempo de los trabajadores de oficina en el baño para aumentar la productividad y sus ganancias, y algunos calificaron la práctica como una violación de los derechos humanos y la privacidad. Algunos, por otro lado, defendieron a la compañía, diciendo que algunos empleados abusan de los descansos para ir al baño, usándolos como una oportunidad para perder el tiempo en sus teléfonos.

Los comentarios online fueron generalmente negativos, y finalmente Kuaishou dio una explicación para tratar de calmar los espíritus. En un comunicado de prensa, la plataforma de intercambio de videos afirmó que los temporizadores no estaban destinados a limitar el uso del baño de los empleados, sino más bien a dar solución a un problema «grave» de escasez de baños.

Según los informes, el edificio de oficinas de Kuaishou sufre de escasez de baños y, debido a su distribución, no se pueden construir nuevas instalaciones sanitarias. La compañía dice que decidió instalar los temporizadores, que también funcionan como contadores, para ver cuántas personas usaron un cubículo y por cuánto tiempo, a fin de determinar cuántos inodoros portátiles debían instalarse para acomodar a su personal.

Aunque la explicación tiene algún sentido, muchos usuarios no estaban convencidos, y algunos afirmaron que la empresa solo está interesada en aumentar sus ganancias por cualquier medio.

El control del uso del baño por parte de los empleados no es algo desconocido en China. El periódico Apple Daily, con sede en Hong Kong, informa que una empresa de Shanghai limita el uso del baño de los empleados a un total de 10 minutos por día, mientras que otras controlan cuánto tiempo pasan los empleados en el baño.