Cerveza colabora con tejedoras del altiplano

En el departamento boliviano de Oruro, donde se produce la cerveza Huari, las mujeres han atendido a las llamas y las ovejas durante siglos, convirtiendo su lana en hilo, y tejiendo ese hilo en telas de colores brillantes.

Trabajo y habilidades que siempre estuvieron profundamente conectadas con la tierra, y fueron transmitidas de mujeres a sus hijas y nietas durante siglos. Pero el aprecio por la artesanía tradicional disminuyó, y esas habilidades corren peligro de desaparecer.

Ahí es donde se involucra la marca de cerveza Huari. En 2015, la empresa comenzó a organizar talleres y una escuela de tejido, y logró aumentar el número de tejedores de cuatro a 42.

El mes pasado, Huari lanzó una campaña, #SigoElHilo, o Follow the Thread, para crear conciencia sobre lo que podría perderse. La marca lanzó además botellas de edición limitada envueltas en tejidos, y produjo cuatro documentales cortos que retratan a las tejedoras y su proceso.

Para solidificar el progreso que se ha logrado hasta ahora, Huari apunta a establecer un estatus de protección para la artesanía de las tejedoras, y está alentando a las personas a firmar una petición para que las telas de origen boliviano sean declaradas patrimonio cultural oficial.