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Una multitud acompañó los restos de Alfonsín del Congreso al cementerio de la Recoleta. Fue el funeral más grande desde la muerte de Perón

Hacía décadas que en la Argentina no se veía una despedida a un dirigente político de tal magnitud. Fue sepultado en la bóveda del cementerio de la Recoleta en la que descansan próceres radicales como Yrigoyen, Illia y Alem.

Miles de personas se hicieron presentes en el Congreso para despedir al ex presidente Raúl Alfonsín y acompañaron al cortejo hasta la bóveda del cementerio de la Recoleta destinada a los caídos de la Revolución del Parque de 1890. La gente y la dirigencia política le brindó al radical muestras de respeto, cariño y emoción como hacia décadas no se veía en la Argentina en la despedida a un dirigente político.

El féretro quedará en la bóveda en la que descansan próceres radicales como Yrigoyen, Illia y Alem, hasta que se construya un espacio para el ex presidente, ícono del regreso de la democracia al país en 1983. También estuvieron presentes ex presidentes y presidentes en ejercicio de otros países sudamericanos; tal es el caso del ex mandatario uruguayo Julio María Sanguinetti quien sostuvo que «un político como Raúl no muere, su obra lo mantiene vigente».

Luego de los actos oficiales y el velatorio en el Salón Azul del Senado por el que pasaron más de 70.000 personas, se realizó una misa de cuerpo presente en memoria de Alfonsín. La misa fue oficiada por el arzobispo de Santa Fe, José María Arancedo, primo hermano del ex mandatario; el secretario general de la Conferencia Episcopal, monseñor Enrique Ghía, y el obispo emérito monseñor Justo Laguna.