Obama dio un ultimátum a GM y Chrysler para evitar su bancarrota

Señaló que la industria «debe ponerse de pie por sí sola, y no bajo la tutela del Estado». Ayer anunció un nuevo plan del Gobierno para el sector.

El presidente de los Estados Unidos Barack Obama llevó al máximo ayer la presión sobre el sector automotor de ese país para evitar la bancarrota de General Motors (GM) y de Chrysler. En primer lugar forzó la salida del presidente de GM y en segundo término empujó a Chrysler a fusionarse con la italiana Fiat.

Asimismo, amenazó con declarar en quiebra a ambas empresas si no presentan un nuevo plan de reestructuración viable en el corto plazo. «No podemos, no debemos y no dejaremos que nuestra industria automotriz desaparezca. Ese sector es, más que ningún otro, un emblema del espíritu y del éxito estadounidense», consideró Obama al presentar su nuevo plan de rescate del sector en la Casa Blanca.

En concreto, sobre GM y Chrysler advirtió que estas empresas «no pueden seguir dependiendo de un flujo interminable de dólares de los contribuyentes. Esta industria debe ponerse de pie por sí sola, y no bajo la tutela del Estado».