Bolivia decide en referéndum si adopta la Constitución que impulsa Evo Morales

Los bolivianos acudirán hoy a las urnas para expresar su voluntad de aceptar o rechazar el texto constitucional redactado por la Asamblea Constituyente de mayoría oficialista. Las últimas previsiones daban ganador al Sí por amplio margen.

Este es un paso más – y tal vez el más grande – para llevar a Bolivia los lineamientos del Socialismo Siglo XXI a través de una serie de reformas de honda implicancia social tendientes a revalorizar los derechos de la mayoría indígena de la población. La oposición, en cambio, asegura que el texto de la nueva Carta Magna no es más que el camino a la «dictadura chavista».

Una de las reformas más polémicas permitiría la reelección presidencial. Otra consagra la separación entre el Estado boliviano y la religión.

También se instaura un Estado plurinacional (reconoce a las 36 «naciones indígenas previas a la invasión colonial española» el derecho al autogobierno), establece límites a la propiedad rural en 5.000 o 10.000 hectáreas (este punto no será retroactivo), reemplaza al actual régimen centralista por uno autonómico (que sin embargo no conforma a la dirigencia de Santa Cruz) e incluye entre los derechos fundamentales el acceso al agua, a la electricidad, al gas domiciliario y a las telecomunicaciones.

La nueva Constitución prohibiría también la privatización de los recursos naturales y la instalación de bases militares extranjeras. Y obligaría a la propiedad privada a cumplir una función social.

De acuerdo a los últimos sondeos, el Sí se impondría por más del 60 por ciento de los votos.