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La violencia gana las calles de Nápoles ante el caos generado por el tratamiento de la basura

En otra vuelta del conflicto abierto que desde hace semanas tiene a Nápoles bajo la basura, las últimas medidas del premier italiano, Silvio berlusconi, exacerbaron los ánimos de los habitantes en las afueras de la ciudad. Con barricadas, palos y bombas molotov enfrentaron a la policía resistiendo la instalación de un basural en una zona densamente poblada.

La rebelión popular explotó en Chiaiano, una zona de la periferia norte de Nápoles, donde el gobierno de Berlusconi decidió instalar un basural que recibiría buena parte de los deshechos de la ciudad. Los manifestantes chocaron con la policía arrojando bombas molotov y blandiendo palos y piedras, mientras que las fuerzas del orden respondieron con gases lacrimógenos.

Los habitantes de Chiaiano y otras zonas suburbanas de Nápoles temen que la instalación de 10 basurales previstos termine afectando su salud.

Esta ciudad italiana vive un crónico problema con la basura, pero en las últimas semanas el caos se agravó. En respuesta, el premier derechista Silvio Berlusconi comenzó a aplicar una política “de mano dura”, y a través de varios decretos declaró zonas militares «de interés estratégico nacional» a las áreas donde prevé instalar los basurales.

En la práctica, esto significa que esas zonas ahora serán custodiadas por el ejército, y quien intente ingresar para protestar será arrestado y tendrá que cumplir entre tres meses y un año de prisión. Las penas crecen para aquellos que obstaculicen el manejo de residuos y, más aún, para quienes actúen como promotores de la protesta.