Los gobernadores ultiman detalles para el encuentro con la Presidenta en Olivos

Desde la Casa Rosada y el Ministerio del Interior ultiman detalles para lo que puede ser mañana una trascendental reunión para el Gobierno: al mediodía Cristina Fernández almorzará en Olivos con algunos gobernadores con el objetivo de buscar apoyos para desactivar en el Congreso la avanzada de modificación del impuesto al cheque. Los mandatarios provinciales apuestan a no irse de la quinta presidencial con las manos vacías.

Será la primera de una serie de rondas prometidas. Primero pasarán por Olivos los gobernadores más cercanos a las políticas del gobierno nacional y recién después será el turno de los críticos y los díscolos. Por lo pronto, están invitados a almorzar el lunes Jorge Capitanich (Chaco), Daniel Scioli (Buenos Aires), Sergio Urribarri (Entre Ríos), Walter Barrionuevo (Jujuy), Maurice Closs (Misiones), Gildo Insfrán (Formosa), José Luis Gioja (San Juan), Celso Jaque (Mendoza), Beder Herrera (La Rioja), Oscar Jorge (La Pampa), Daniel Peralta (Santa Cruz) y Juan Manuel Urtubey (Salta), Juan Schiaretti (Córdoba), Gerardo Zamora (Santiago del Estero) y Miguel Saiz (Río Negro).

En lo fundamental, lo que busca Cristina Fernández es sacarle a estos gobernadores algún compromiso para que la apoyen en un eventual (y ya anticipado) veto si es que sale del Congreso la modificación del Impuesto al Cheque. En juego hay miles de millones de pesos que Nación recauda por ese gravamen y distribuye discrecionalmente entre las provincias.

Se sabe que los gobernadores de la primera ronda están, en buena medida, consustanciados con el gobierno nacional, pero no están dispuestos a irse de la quinta de Olivos con las manos vacías. Si aceptan dar tal apoyo y pronunciarse contra la coparticipación total del cheque, querrán a cambio la seguridad de que Nación los asistirá con más fondos, especialmente a aquellas provincias con cuentas en rojo. Además, los mandatarios caerán al almuerzo con baterías de novedosas fórmulas de recaudación y reparto, alternativas al impuesto al cheque, que ahora la Casa Rosada estará obligada a escuchar.

En tanto sigue en pie la promesa del kirchnerismo de empezar a discutir en el corto plazo una nueva ley de coparticipación federal, algo que, en la práctica, parece difícil de cumplir – y resulta ser más que nada una declaración de buenas intenciones con fines de generar impacto político – pese a que es también una deuda pendiente con la Constitución reformada de 1994.