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La designación de Jorge Palacios al frente de la policía porteña genera polémica. El macrismo defiende el nombramiento

La decisión del Gobierno porteño de poner a Jorge Palacios al frente de la policía metropolitana generó el rechazo de entidades judías e israelitas y de dirigentes de diverso color político. El ex comisario está imputado por encubrimiento en la causa que investiga el atentado a la AMIA.

Tanto la AMIA como la DAIA opinaron ayer que hubiera sido “más conveniente esperar la decisión de la Justicia para hacer el nombramiento”. Desde la asociación Familiares y Amigos de Víctimas del atentado calificaron a la designación como «una burla a los muertos».

El ministro de Seguridad porteño, Guillermo Montenegro, salió en defensa de Palacios asegurando que “es el mejor” que hay. También se escudó en que “toda persona es inocente hasta que se pruebe lo contrario.”

Palacios está imputado en la causa que investiga el encubrimiento del atentado a la AMIA bajo la figura de «incumplimiento de los deberes de funcionario público, destrucción de prueba y omisión de actuar en la persecución y represión de delincuentes». Según aseguró ayer el fiscal Alberto Nisman, «hay suficientes elementos para dictar su procesamiento”.

También se expresaron en contra del nombramiento dirigentes políticos de distintas extracciones: Pino Solanas acusó a Macri de «poner a un comisario que tiene ligazones con los que comercializan autos robados y con la causa AMIA»; la diputada Silvana Giudici (UCR) opinó que «no nos merecemos una policía así», y el legislador kirchnerista Diego Kravetz anticipó que pedirá la interpelación de Montenegro.